
Aquella luna, nunca vista por el sol en sueños ha vuelto. RUMI
En la tradición sufí Naqshbandi, el trabajo con los sueños ha sido siempre importante. Bahâ ad-dîn Naqshband, el fundador de la orden, era un renombrado intérprete de sueños, y al parecer no tomaba a nadie como discípulo hasta que tuviera un sueño que lo confirmara. Él también subrayó el valor del diálogo en grupo. “El nuestro es el camino del diálogo en grupo”, decía.
Los sueños nos cuentan nuestra historia, cómo se desarrolla el sendero dentro de nosotros. Cuando compartimos un sueño, se le presta atención a la singularidad de nuestro propio sendero. Y escuchando los sueños de otros, podemos ver cómo para cada uno de nosotros el viaje del alma es diferente y requiere cualidades diferentes.
Más profundos que los sueños psicológicos son los sueños espirituales, que nos hablan con las antiguas imágenes del sendero, los racimos de uvas que representan enseñanza espiritual, el vino del Amado que embriaga al sufí. O, como en el sueño de una habitación llena de hombres mayores que cardaban lana, se le cuenta al soñante el proceso según el cual se dice que eres un sufí cuando tu corazón es tan suave y tan cálido como la lana. Lo más profundo del alma conoce estos símbolos, aunque son poco familiares para nuestras mentes contemporáneas, y nos recuerdan el antiguo camino que estamos recorriendo. Pero el trabajo con los sueños no supone solamente interpretarlos, descubrir qué significa el sueño. El trabajo con los sueños es un diálogo, una conversación entre el soñante y el mundo del sueño. Mediante este diálogo, nos conectamos con una parte de nosotros mismos que el mundo exterior a menudo rechaza y menosprecia. Con nuestros sueños volvemos a conectarnos con el alma, tal y como nos habla en la antigua lengua de imágenes y símbolos. Y cuando compartimos sueños en un grupo de meditación, los corazones de otra gente oyen este diálogo y lo valoran dentro de un espacio sagrado. Esta es una importante afirmación del sueño y del alma que nos habla por medio de nuestros sueños.
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