Pausa Magnética Creadora

La experiencia de la vida diaria ha venido a demostrarnos en forma concluyente, que excesiva excitación de luz y sonido embotan lamentablemente los órganos maravillosos de la vista y el oído. La sabia ley de las concomitancias nos permite inferir en forma lógica, que el continuo intercambio de rayos anímicos, agota tanto el Alma como el Cuerpo.

El hombre como microcosmos, requiere, caminar acorde con todos esos ritmos vivientes del espacio infinito que sostienen el Universo firme en su marcha.

Al igual que los astros en el firmamento van y vuelven dentro de sus órbitas, sin estorbarse mutuamente y teniendo por ende sus proporcionales luminosidades, así también marido y mujer deben proceder uniéndose sexualmente en forma periódica.

Aun cuando fuese imposible el que determinados cónyuges tengan recámaras separadas, existe un remedio infalible para evitar la repleción magnética, y dado que sería muy grave callar esto, daremos la fórmula: "Se cohabita una o dos veces por semana y se intenta no interrumpir la fluyente electricidad vital evitando cuidadosamente el abominable espasmo".

De Hutten, son estos versos:

"Es bisemanal el deber
que haz para con la mujer,
que ni a tí ni a mí perjudica,
y ciento cuatro al año adjudica."

Escribe Zoroastro a sus fieles que el hombre debe cohabitar con la mujer cada nueve días; para ello la mujer debe hacer al señor nueve veces cada mañana la pregunta: "Dime, dueño mío, lo que hoy debo hacer. Tu voluntad es ley".

El sabio legislador Solón adjudicaba a la mujer el derecho de ser cubierta por el hombre tres veces en el curso de cuatro semanas.

A los hombres que ya pasaron más allá de los cincuenta años se les aconseja simplemente obedecer la Pausa Magnética Creadora que la Naturaleza establezca en su fisiología de Eros.

Estas personas aunque quieran practicar Magia Sexual deben saber aguardar el momento oportuno; sería absurdo violentar los órganos sexuales o realizar la cópula con una erección deficiente.

De ninguna manera deben preocuparse las personas de edad avanzada; es ostensible que la Naturaleza también establece en ellos sus "plus" y "minus" sexuales, sus épocas de actividad y reposo.

La pausa creadora magnética solventa también el un tanto deficiente desarrollo de los genitales y los chacras o plexos simpáticos abastecidos por estos.

El sabio Waldemar dice:

"En el período preparatorio se gastan energías de la propia masa de potencia, y la consecuencia es que por la frecuente repetición de estos dispendios, se produce un creciente vacío interior y descontento".
"La Pausa Magnética es necesaria para la reposición de lo consumido".

"A menudo, empero, va un partícipe tan lejos como hasta a interpretar esta pausa como deficiencia en amor y deseo conyugal, obligando entonces a su pareja, en morbosa vanidad, a mostrar su complaciente deferencia mediante nuevas ostentaciones de excitación".

"De manera forzada ha de dar repetidamente claras llamas el Fuego Sensual; al otro no le queda otro remedio, pues, sino evadirse a la representación mímica de sensaciones no más excitables ni experimentables. Como consecuencia de ello, va incrementándose el desvío anímico, hasta que engruesan de tal modo la repulsión y el desespero, que no son ya más evitables vehementes disputas".

"La vergüenza y el odio de los afectados aumenta, lo cual conduce a la perturbación anímica y a la conversión por ende del matrimonio en una maldición. El culpable se llama aquí desconocimiento y no empleo de la Pausa Creadora Magnética".

El intercambio magnético en el trato sexual se manifiesta especialmente positivo cuando marido y mujer se unen con el evidente propósito de no sobrepasar el punto culminante sexual, es decir, no llegando hasta el orgasmo.

Entonces disponen ambos, marido y mujer, de fuerzas eléctricas, sexuales, prodigiosas, con las cuales pueden reducir a cenizas a todos los agregados psíquicos que en su conjunto constituyen eso que se llama Ego, Yo, Mí mismo, Sí mismo.




Budhismo Zen

¿Por qué la última Verdad-Prajna que el Budhismo Zen quiere indicar es tan indefinible, abstracta e inasible?
Definir significa realmente poner límites intelectivos a, o declarar el sentido de una cosa determinada.

Asir, en sentido empleado aquí, significa comprender algo y retenerlo en la memoria.

Como el mismo acto de definir consiste obviamente en encerrar a algo dentro de un cierto límite, no puede necesariamente no ser finito, angosto y restrictivo en su naturaleza; así mismo, como Comprender significa asir algo mentalmente, pero no todo, ha de ser igualmente limitativo y exclusivo.

La última Verdad-Prajna que la escuela Zen quiere indicar no puede ser en ningún modo algo angosto, finito o exclusivo; debe ser algo vasto, universal e infinito, algo que todo lo incluye y alcanza, algo más allá de la definición y de la designación.

La misma palabra "definir" sugiere ostensiblemente un dedo humano que señala a un objeto determinado, y la palabra "Asir" una mano que retiene algo y no suelta.

Dada esta lamentable limitación y este aferramiento, profundamente ahincado en el racionalismo del animal intelectual equivocadamente llamado hombre, no es en modo alguno sorprendente que la libre y omni-incluyente verdad-prajna se torne realmente en algo evasivo que siempre está eludiendo misteriosamente a todo pensador.

Iluminación. Esta palabra grandiosa en esencia y en potencia, se usa en este capítulo para indicar enfáticamente la experiencia mística trascendental que consiste en experimentar el Tao, la Verdad Zen, lo Real.

No es suficiente comprender algo, necesitamos captar, aprehender, capturar, su íntima significación.

El sexto patriarca preguntó al Bodhidharma: -"¿Cómo es posible alcanzar el Tao?". El Bodhidharma respondió:

-"Exteriormente, toda actividad cesa; interiormente, la Mente deja de agitarse. Cuando la Mente se ha convertido en un muro, entonces adviene el Tao".

Es urgente saber que el Zen japonés, es el mismo Dhyana indostánico, el Jhana Pali, el "Ch'an na" chino: una forma extraordinaria del Budhismo Mahayana.

Es incuestionable que los estudios y prácticas Zen nos permiten captar el íntimo significado de las Enseñanzas Budhistas preconizadas por la escuela Mahayana, antítesis maravillosas y complemento a la vez de la Escuela de Auto-Realización Intima Hinayana.

El Vacío Iluminador resulta imposible de describir con humanas palabras. No es definible o descriptible. Como ha dicho el Maestro Zen Huai Jang: "Cualquier cosa que diga fallará en el punto principal".

La enseñanza budhista sobre el Vacío es comprensiva y profunda, y requiere mucho estudio antes de ser entendida.

Solo en ausencia del Ego podemos experimentar en forma directa el Vacío Iluminador.

Endiosar a la Mente es un absurdo porque ésta en sí misma es tan solo un calabozo fatal para la Conciencia.

Afirmar que la Mente es el Buda decir que es el Tao, resulta disparatado porque el intelecto es tan sólo una jaula para la Conciencia.

La mística experiencia del Vacío Iluminador se realiza siempre fuera del terreno intelectual.

La iluminación budhista nunca se consigue desarrollando la fuerza mental, ni endiosando la razón; por el contrario, se logra desatando cualquier vínculo que nos ate a la mente.

Solo liberándonos del calabozo intelectual podremos vivenciar la dicha del Vacío Iluminador, libre y enteramente insubstancial.

El Vacío es sencillamente un término budhista claro y preciso que denota la naturaleza no substancial y no personal de los seres, y una señal de indicación del estado de absoluto desprendimiento y libertad fuera del tiempo y más allá de la Mente. Bebed el Vino de la Meditación en la Copa deliciosa de la Perfecta Concentración.


Poderes Tattvicos

Para bien de la Gran Causa voy a transcribir ahora en el presente capítulo dos relatos extraordinarios del Sri Swami Sivananda:

Yogui Bhusunda
"Se considera el yogui Bhusunda entre los yoguines, como un Chiranjivi. Fue maestro en la ciencia del Pranayama. Se dice que este yogui construyó en la parte occidental del Kalpa Vriksha, situado en la cima del Mahamera, una enorme guarida donde vivió".

"Este yogui era un Trikala Jnani y podía estar en Samadhi por largo tiempo. Había obtenido la suprema Santi y Jnana y en tal estado disfrutó de la felicidad de su propio Ser siempre como un Chiranjivi".

"Poseía pleno conocimiento de las cinco Dharanas y había dado pruebas de dominio sobre los cinco elementos mediante la práctica de la concentración."

"Se dice que cuando los doce Adytyas quemaron el mundo con sus refulgentes rayos, él pudo mediante su Apas Dharana alcanzar el Akasha, y cuando el fiero vendaval sople hasta hacer saltar las rocas en pedazos, el permanecerá en el Akasha mediante el Agni Dharana. Más aún, cuando el mundo junto con el Mahamera se hunda en las aguas, él flotará mediante el Vayú Dharana".

Hasta aquí este relato maravilloso del Swami Sivananda. Es obvio que el yogui Bhusunda hubo de practicar intensivamente el Ritual Pancatattva.

Veamos ahora detenidamente el segundo relato del Gurú-Deva Sivananda:

Milarepa

"Milarepa fue una de esas almas que se impresionan profundamente al comprender la naturaleza transitoria de la mundanal existencia y los sufrimientos y miserias en los cuales los seres se hallan inmergidos."

"Parecíale que la existencia, desde este punto de vista, era igual a una enorme hoguera en donde las criaturas vivientes se consumían."

"Ante tal desconcertante dolor, sintió en su corazón que era incapaz de percibir algo de la celestial felicidad disfrutada por Brahma e Indra en los cielos, pero mucho menos sentía aún los goces terrenales y las delicias propias del mundo profano".

"Por otra parte, sintióse hondamente cautivado por la visión de inmaculada pureza y casta beatitud, descritas en el estado de libertad perfecta y Omnisciencia alcanzables en el Nirvana, a tal punto que él no podía malgastar su vida en procura de algo que desde largo tiempo había desechado dedicándose, con plena fe, profundidad de mente y corazón henchido al Omnipenetrante Amor y a la simpatía de todas las criaturas".