La Cabeza de Juan

"Resonaron los timbales y brotaron gritos en la multitud. Pero el tetrarca dominó todo el estrépito con su voz:

¡Ea! ¡Ea! ¡Tuyo será Cafarnaum! ¡Y la vega del Tiberíades! ¡La mitad de mi reino!

Entonces se arrojó ella al suelo y súbitamente se balancearon sus talones en el aire y se adelantó varios metros sobre las manos, como un gran escarabajo.

Luego saltó sobre sus pies, y miró ahora con fijeza a Herodes. Tenía pintados de carmín los labios y negras las cejas, y sus ojos destellaban con fulgor peligroso, brotando en su frente gotitas titilantes.

De hito en hito se contemplaron Herodes y Salomé, hasta que desde la galería castañeó sus dedos Herodías.

Sonrió entonces Salomé mostrando sus blancos y firmes dientes y susurró como una pudorosa y tímida doncella.

"Quiero... en una fuente la cabeza... (había olvidado el nombre); mas volviendo a sonreís, dijo con claridad, ¡La cabeza de Juan!"

Hallábase acaso un tanto enojada con el amado, y lo hizo decapitar; más cuando contempló la querida cabeza sobre la fuente, lloró y enloqueció y pereció de delirio erótico".

Horripilante batalla íntima en la psiquis de Salomé; Yo del despecho arrastrando en su decadencia abominable a los demás Yoes.

Triunfo asqueante del diablo homicida... espanto... horror.

Herodes temió a la multitud porque consideraba a Juan como a un profeta. En el capítulo XI del Evangelio de Mateo se habla de Juan el Bautista como de un verdadero Jina, un Hombre Celeste, un semidiós, superior a los profetas, pues que Jesús mismo dice de él:

"Ciertamente os digo que él es mucho más que un profeta, pues que de él es de quien está escrito: He aquí que yo envío mi ángel ante tu faz, para que vaya delante de ti aparejándote y desbrozándote el camino.

Entre los hombres nacidos de mujer, no se levantó otro mayor que él, aunque él es menor que el que menor sea en el reino de los Cielos y si le queréis pues, recibir, sabed que él es aquel Elías que se nos dice ha de venir... El que tenga oídos para oír que oiga".

Estas palabras del gran Kabir Jesús enlazan a los dos grandes personajes hebreos en uno solo.

Juan el Bautista decapitado por la lujuriosa Salomé, fue en verdad la vivísima reencarnación de Elías, el Profeta del Altísimo.

Por aquella época los nazarenos eran conocidos como bautistas, sabeanos y cristianos de San Juan; el error de tales gentes consistía en la absurda creencia de que el Kabir Jesús no era el Hijo de Dios, sino sencillamente un profeta que quiso seguir a Juan.

Orígenes (Vol. II, página 150) observa que "existe algunos que dicen que Juan el Bautista que él era el Ungido (Christus)".

"Cuando las concepciones de los gnósticos, que veían en Jesús el Logos y el ungido, empezaron a ganar terreno, los primitivos cristianos se separaron de los nazarenos, los cuales acusaban injustamente al Hierofante Jesús de pervertir las Doctrinas de Juan y de cambiar por otro el Bautismo en el Jordán". (Codex Nazarenus, II Pag. 109).

Salomé desnuda, ebria de vino y de pasión, con la cabeza inocente de Juan el Bautista entre sus eróticos brazos, danzando delante del Rey Herodías, hizo estremecer las tierras del Tiberíades, Jerusalén, Galilea y Cafarnaum...

Empero nosotros, no debemos escandalizarnos tanto: Salomé yace muy oculta en el fondo íntimo de muchas mujeres... tú lo sabes... Y que ningún varón presuma de perfecto porque en cada uno se oculta un Herodes.

Matar es evidentemente el acto más destructivo y de mayor corrupción que se conoce en el planeta Tierra.

Escrito está en el libro de todos los misterios que no solo se mata con puñales, armas de fuego, horca o veneno, son muchos los que matan con una mirada de desprecio, con una sonrisa irónica o con una carcajada; con una carta o con la ingratitud y la calumnia.

En verdad os digo que el mundo está lleno de uxoricidas, matricidas, parricidas, fratricidas, etc., etc., etc.

Es necesario amar mucho y copular sabiamente con la adorada si es que en verdad queremos reducir a polvareda cósmica el diablo homicida, mediante la lanza omnipotente de Eros.

CANCIONES QUE HACE EL ALMA EN LA ÍNTIMA UNIÓN CON DIOS

1. ¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva,
acaba ya, si quieres;
¡rompe la tela de este dulce encuentro!

2. ¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!
Matando, muerte en vida las has trocado.

3. ¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su querido!

4. ¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo moras
y en tu aspirar sabroso,
de vida y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!

La compostura de estas liras son como aquellas que en Boscán están vueltas a lo divino, que dicen:

La soledad siguiendo,
llorando mi fortuna,
me voy por los caminos que se ofrecen,
etc.

¡OM!

Al Mentor del Cuerpo de la Verdad, no nacido,

no desarrollado,

en el palacio del perfecto Reino de la Verdad que

todo lo impregna,

con reverente devoción, dedico mi fervorosa plegaria.

Libre por mi cuenta, todavía asido a la ilusión de

p

las ideas falsas,

acepto libremente la bendición del perfecto

Cuerpo de la Verdad,

como sabiduría primordial, sin esfuerzo, sin artificios.


Al Mentor del Cuerpo Beatífico, inmortal, embeleso supremo,

en el palacio de 1a resplandeciente beatitud universal, sabiduría pura,

con reverente devoción, dedico mi fervorosa plegaria.

Libre por mi cuenta, todavía dominado por

deseos y apegos,

acepto libremente la bendición sin esfuerzo del Cuerpo Beatífico,

como liberación natural de la sabiduría interna de la beatitud universal.


Al Mentor del Cuerpo Emanador, inefable, creado por sí mismo,

en el palacio del loto perfecto e inmaculado,

con reverente devoción, dedico mi fervorosa plegaria.

Libre por mi cuenta, todavía impregnado de odio

y de prejuicios,

acepto libremente la bendición sin esfuerzo del Cuerpo Emanador.

como prueba neta de la sabiduría introspectivo

de la autoiluminación.


A la imparcial beatitud grandiosa del Mentor del Triple Cuerpo,

en el palacio de la genuina Luz Clara de la introspección,

con reverente devoción, dedico mi fervorosa plegaria.

Libre por mi cuenta, sin abandonar el dualismo entre sujeto y objeto,

acepto libremente la bendición del éxtasis del Triple Cuerpo,

como espontaneidad de la sabiduría original del Triple Cuerpo.


Oh, compasión para estos seres conscientes que sufren,

que vagan por los cielos de la vida, enceguecidos

por ilusiones,

sin saber que sus propias mentes son el infinito

Cuerpo de la Verdad:

¡que todos ellos logren el Cuerpo de la Verdad!

Oh, compasión para estos seres conscientes,

confundidos por deseos,

que vagan por los cielos de la vida identificados con deseos y apegos,

sin saber que su conciencia aloja el gran deleite del Cuerpo Beatífico:

¡que todos ellos logren el Cuerpo de la Beatitud!


Oh, compasión para estos seres equivocados,

que vagan por los cielos de la vida con la mente

dualista del odio,

sin saber que sus propias mentes son el Cuerpo Emanador nacido libre:

¡que todos ellos logren el Cuerpo Emanador!


Oh, compasión por todos los seres que todavía no son Budas,

prisioneros del hábito finito de velos adictivos a los objetos,

sin saber que sus propias mentes son los Tres Cuerpos indivisibles:

¡que todos ellos alcancen los Tres Cuerpos del estado de Budidad!


Carta de Patrul Rinpoché,
con buenos consejos para sí mismo

Shri hijo mío,
Debes llevar esto en tu mente:

Hay tres cosas que no deberían de olvidarse:
El Guru lleno de gracia,
El Buda iluminado
Memoria y conciencia.

Hay tres cosas que deberían recordarse:
El preceptor que te ordena,
Las enseñanzas que revelan el sendero,
Y la disciplina.

Hay tres cosas que debes tener:
Una mente que permanezca donde esta el cuerpo,
Un cuerpo que permanezca en el lugar adecuado,
Una mente que more en un estado de relajación.

Hay tres cosas que es mejor olvidar:
La cólera contra los enemigos,
El apego a los seres amados,
El sueño perezoso.

Hay tres cosas que es mejor restringir:
La lengua en público,
La mano en privado,
Los pensamientos siempre.

Hay tres cosas sobre las que uno debería de guardar silencio:
Las propias virtudes,
Las faltas de otros,
Nuestras intenciones para el futuro.

Hay tres cosas de las que uno no debe dar muestras:
El impulso a renunciar a los apegos mundanos,
La cebada trampa de la propia hipocresía,
La insistencia en exhibir el propio fervor religioso.

Hay tres cosas en las que uno debería de ser flexible:
Hablando con un amigo,
Llevando las vestimentas propias del país,
Dirigiendo la mente hacia el Dharma.

Hay tres cosas que no deberían de escucharse:
Palabras aduladoras,
Charlas de última locura,
Consejo de un necio.

Hay tres cosas que uno no debería ambicionar:
La fortuna de un hombre rico,
Una posición de categoría,
Vestidos superfluos.

Hay tres cosas de las que uno no debería hablar mal:
De una persona respetada,
De la mercancía de otro,
De un buen amigo.

Hay tres cosas que uno no debe ensalzar:
A un hombre que es vilipendiado por otros,
A un loco presuntuoso,
A tu propio hijo ante los demás.

Hay tres cosas que uno no debería ni ensalzar ni criticar:
A los familiares,
A un hombre del que nada sabes,
En realidad, a nadie.

Hay tres lugares a los que no deberíamos ir:
Entre gente hostil,
A una aglomeración multitudinaria,
A un lugar donde se juega.

Hay tres cosas de las que no se debería hablar:
Del Dharma a quienes no quieren oírlo,
De asuntos privados con extraños,
De fantasías sin sentido.

Hay tres cosas que no deberían hacerse:
Comportarse temperamentalmente con un amigo,
Hablar inconsecuentemente,
Actuar con dos caras.

Hay tres cosas de las que uno debería refrenarse:
Presumir de la propia importancia,
Señalar repentinamente las faltas de los demás,
Menospreciar a los demás.

Hay tres cosas que uno no debería ofrecer:
Devoción a un charlatán,
Regalos a aquellos de más alto rango,
Los más infinitos pensamientos a cualquiera.

Hay tres cosas en las que uno no debería dejar la mente:
El cuerpo de hermosas muchachas,
La conducta de un amigo,
Las propias virtudes.

Hay muchas otras cosas que deberías recordar, pero lo esencial es observarte a ti mismo en todo momento. No lo olvides, tanto la práctica mundana como espiritual están aquí contenidas. Estas pocas palabras están llenas de profundo significado, no las ignores.

A mi querido hijo, Shri,
De Naljorpa Trime-Lodro.


El Yo de la Brujería

El sabio autor del libro "Specimen of British Writers", Barnett, presenta un caso extraordinario de brujería:

"Hace cincuenta años vivía en una aldea del condado de Sommerset una vieja que era generalmente considerada como bruja. Su cuerpo era seco, y encorvado por la edad, andaba con muletas. Su voz era cavernosa, de misteriosa pero simulada solemnidad; de sus ojos brotaba un fulgor penetrante que sobre quien se posaba lo dejaba callado de espanto.

De pronto, un joven sano y mozo, de unos veintiún años, de la misma localidad, fue asaltado por una pesadilla tan persistente, que su salud resultó afectada y, en un plazo de tres a cuatro meses, se quedó débil, pálido y flaco, con todos los síntomas de una vida que se agotaba.

Ni él ni nadie de los suyos dudaban de la causa, y tras celebrar consejo, tomó él la decisión de esperar en vela a la bruja.

Así, la misma noche siguiente, hacia las once y media, percibió unos pasos quedos y sigilosos en la escalera.

Una vez hubo llegado el amedrentador ser al cuarto, fue al pie de la cama, subió luego a ella y se arrastró lentamente hacia el mozo.

El dejó hacer hasta que ella llegó a sus rodillas, y entonces la asió con ambas manos por el pelo, teniéndola sujeta con convulsa fuerza, llamando al par a su madre, que dormía en una habitación contigua, para que trajese luz.

Mientras la madre iba a buscarla, lucharon el mozo y el ser desconocido a oscuras, rodando ambos furiosamente por el suelo, hasta que al primer vislumbre de la escalera, la mujer se zafó con fuerza sobrenatural del joven y desapareció como un relámpago de su vista.

La madre encontró a su hijo en pie, jadeante aun por el esfuerzo y con mechones de pelo en ambas manos.

Cuando me relató el fenómeno, -dice Barnett-, le pregunté con curiosidad de dónde había sacado el pelo. A lo que respondió: "Fui torpe en no haber logrado retenerla pues ello hubiera demostrado mejor la identidad de la persona".

Pero en el torbellino de mis sensaciones la hice caer al suelo, y la bruja a quien pertenecían los cabellos, tuvo buen cuidado en no aparecer más a mi vista, ni por lo demás venir a molestarme de noche, pues se había llevado una buena zurra.

Es raro, -añadió- que mientras la tenía asida y luchaba con ella, aunque yo sabía quien debía ser, su respiración y todo su cuerpo parecían de una lozana muchacha.

El hombre a quien esto aconteció vive todavía; me contó el episodio más de una vez y, por ende, puedo certificar sobre la autenticidad del hecho, piénsese como se quiera sobre la causa".

Comentando el caso dice el sabio Waldemar: "Este relato contiene dos puntos de mucho peso. En primer lugar, al joven le constaba que su pesadilla tenía por causa la bruja que vivía en la localidad, y también conocía a esta bruja, de sus fugaces encuentros al paso durante el día, y en sus visitas astrales nocturnas.

En segundo término, la bruja encorvada por la edad y sostenida por muletas se transformó al cabo de varios meses, durante los cuales él fue debilitándose y consumiéndose, en la imagen de una lozana muchacha. ¿Dónde ha de hallarse la causa de este evidente rejuvenecimiento de la vieja? Para responder a esta pregunta, -continúa diciendo Waldemar-, debemos tener ante la vista el mecanismo del Eidolón, el Doble".

Si el aura que envuelve y emboza a los seres representa también un reflejo fiel de su cuerpo, de manera que en que se encuentran correspondientemente contenidos con exactitud sus defectos y debilidades, el "cuerpo doble" presenta, por decirlo así, una acrecentada evidencia, que, por ejemplo, se manifiesta a menudo en heridos graves, de manera que se pueden sentir dolores en un miembro amputado hace varios años, y por cierto tan intensos como si existiera aun el mismo.

Esta invulnerable integridad del doble se funda en el principio creador de que la forma dada por la Naturaleza, la congénita del Ser, se contiene en una especie de primer germen.

En este, al igual que en la bellota, se encuentra contenida la estructura de todo el árbol, se halla oculto el ser en su viva imagen.

Mediante múltiples falsas acciones y extravíos, se refleja en el curso de la vida el tejido vibratorio astral que enlaza con el cuerpo primitivo.

Con respecto a los cuerpos primitivos desearíamos señalar aun que el profesor Hans Spemann, de la Universidad de Eriburgo, obtuvo en el año de 1955 el premio novel de medicina y psicología, debido a su comprobación en trascendentales estudios, de que en los tempranos estadios del desarrollo embrionario se halla activo un escultor de la vida, un ideoplástico químico que forma el protoplasma según una imagen predeterminada.

Partiendo de estos estudios de Spemann, el profesor Oscar E. Shotté, de la Universidad de Yale, logró comprobar, mediante sus experimentos con salamandras, que el escultor de la vida no desaparece en modo alguno, tal como Spemann lo había supuesto, tras el tiempo de desarrollo embrionario, sino que se mantiene durante toda la vida del individuo.

Un pequeño trocito de tejido, procedente de la acostumbrada herida de un hombre, podría, según el profesor Shotté, al injertarse en un terreno virgen y viviente, reconstruir de manera enteramente idéntica todo el cuerpo del hombre herido en cuestión. Acaso los experimentos en los laboratorios de homúnculos conducirían algún día a reforzar prácticamente en medida insospechada las teorías del profesor Shotté".

Es obvio que la abominable arpía de este cruento relato, mediante cierto modus operandi desconocido para el vulgo, pudo succionar o vampirizar la vitalidad del joven para transplantarla a su propio "cuerpo primitivo"; solo así puede explicarse científicamente el insólito rejuvenecimiento del cuerpo de la vieja.

Es incuestionable que el "Ideoplástico Químico" impregnado por la vitalidad del mozo, pudo reconstuir el organismo valetudinario de la anciana.

Mientras la vida del mancebo se agotaba espantosamente, la vieja fatal de izquierdos aquelarres tenebrosos, recobraba su antigua juventud.

Es palmario que el muchacho habría podido capturarla si no hubiese cometido el error de asirla por el pelo; mejor habría sido agarrarla por la cintura o por los brazos.

Muchas de estas arpías abismales, sorprendidas in fragantes, han sido capturadas con otros procedimientos.

Algunas tradiciones antiguas dicen: "Si ponemos en el suelo unas tijeras de acero abiertas en forma de cruz y si regamos mostaza negra alrededor de este metálico instrumento, cualquier bruja puede ser atrapada".

¡Causa asombro el que algunos ocultistas ilustres ignoren que estas brujas pueden eludir la Ley de la Gravedad Universal!

Aunque parezca insólita la noticia nosotros enfatizamos la idea de que esto es posible metiendo el cuerpo físico dentro de la cuarta dimensión.

No es en modo alguno extraño el que estas arpías metidas con su cuerpo físico dentro de la dimensión desconocida puedan levitar y viajar en pocos segundos a cualquier lugar del mundo.

Es ostensible que ellas tienen fórmulas secretas para escaparse del mundo tridimensional de Euclides.

En términos estrictamente ocultistas bien podemos calificar a esas criaturas tenebrosas como jinas negros.

El organismo humano ofrece ciertamente posibilidades sorprendentes. Recordad amados lectores a la execrable Celeno y sus inmundas arpías, monstruos con cabeza y cuello de mujer. Horrendos pajarracos de las Islas Strófadas que se encuentran en el mar Jónico.

Provistas de luengas garras, tienen siempre en el rostro la palidez del hambre. Furias terribles que con su contacto corrompen todo cuanto tocan y que antes fueran hermosas doncellas.

La capitán principal de todas estas abominaciones está en Salamanca, España. Allí está el famoso Castillo de Klingsor (el salón de la brujería), santuario de tinieblas oportunamente citado por Ricardo Wagner en su Parsifal.

¡Válgame Dios y Santa María!... si las gentes supieran todo esto, buscarían el Castillo de Klingsor por todas esas viejas calles de Salamanca...

Empero, bien saben los divinos y los humanos que el Castillo del Grial Negro se encuentra en las tierras de "Jinas", en la dimensión desconocida.

Los martes y sábados a la media noche allí se reúnen esas calchonas con sus zánganos para celebrar sus orgías.

Cuando alguna arpía de estas ha sido atrapada, buen solfeo, zurra o azotaina se ha llevado, pues las pobres gentes aun no saben devolver bien por mal...

Es necesario ser comprensivos y en vez de atollarse en el lodo de la infamia, aventajarse a tales arpías por medio del amor, abocar con valor el problema y amonestar con sabiduría.

"No juzguéis, para que no seáis juzgados". "Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido".

"Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?"

"¿O cómo dirás a tu hermano: déjame sacar la paja de tu ojo y he aquí la viga en el ojo tuyo?"

"¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano".

"Aquel que esté limpio de pecado, que arroje la primera piedra"...

Aunque parezca increíble es bueno saber que muchas personas honorables y hasta religiosas cargan dentro el Yo de la brujería.

En otras palabras diremos: gentes honradas y sinceras que en su presente existencia nada saben de ocultismo, esoterismo, etc., llevan sin embargo adentro el Yo de la brujería. Es obvio que tal Yo suele viajar a través del tiempo y la distancia para causar daño a otros.

Cualquier fugaz interés por la brujería en alguna vida anterior pudo haber creado tal yo.

Esto significa que en el mundo existen muchas gentes que sin saberlo practican inconscientemente la brujería.

En verdad os digo que son muchos los devotos de la senda que también llevan dentro de sí mismos el Yo de la brujería.

Concluiremos el presente capítulo diciendo: todo ser humano, aunque esté en la senda del filo de la navaja, es más o menos negro en tanto no haya eliminado el Yo Pluralizado.


“En la universidad del alma las materias a estudio se llaman luz y oscuridad y sólo alcanzará su licenciatura el que sea capaz de mantener la calma, la comprensión y la sonrisa en presencia de cada una de ellas. Una es tan importante como la otra y ambas son sagradas y se necesitan mutuamente. También el momento presente, el ahora, es sagrado y nuestro espíritu ha de aprender la lección que cada instante trae consigo. Si es de día, será la lección de la luz. Si es de noche, la de la oscuridad. Opuestos o complementarios, ¿qué más da? Lo que vivimos en el eterno ahora es lo que cuenta, sea claro o sombrío. En el presente no hay más que lo que hay. Si claro, luz, si negro, oscuridad. Hay excesos en lo luminoso y magníficas lecciones en lo oscuro. Acepta lo que viene y mantén tu centro con una sonrisa y un sentimiento unificador en el corazón. Toda nuestra vida es un sinsentido porque tenemos la energía invertida en daños, traumas infantiles, separaciones, muertes y dolores que absorben nuestra vitalidad y nos drenan de poder personal. En realidad es más bien como si después de haber pagado el precio del desafío de la sombra oscura, después de haber podido mirar cara a cara al guardián del umbral sin perder la calma, nos fuera devuelto el poder que durante tanto tiempo habíamos invertido en evitarlo”.

Miyo

Aquella luna, nunca vista por el sol en sueños ha vuelto. RUMI

La interpretación de los sueños ha sido siempre una parte importante de la tradición sufí. Los primeros manuales sufíes contienen apartados sobre los sueños, que ofrecen una diferenciación entre los sueños “verdaderos” y “falsos”, siendo estos últimos aquellos sin
valor psicológico o espiritual. Los “sueños verdaderos” son los que ofrecen una guía. Tradicionalmente, los sueños son interpretados por el sheikh o por el representante del sheikh. El sufí del siglo XII Najm ad-dîn Kubra acentuó la importancia de los sueños y de su interpretación, incluyendo en las reglas del camino, además de “silencio constante, retiro constante y recuerdo de Dios constante”, “dirección constante de un sheikh que
explica el significado de los sueños y visiones”.

En la tradición sufí Naqshbandi, el trabajo con los sueños ha sido siempre importante. Bahâ ad-dîn Naqshband, el fundador de la orden, era un renombrado intérprete de sueños, y al parecer no tomaba a nadie como discípulo hasta que tuviera un sueño que lo confirmara. Él también subrayó el valor del diálogo en grupo. “El nuestro es el camino del diálogo en grupo”, decía.

Los sueños nos cuentan nuestra historia, cómo se desarrolla el sendero dentro de nosotros. Cuando compartimos un sueño, se le presta atención a la singularidad de nuestro propio sendero. Y escuchando los sueños de otros, podemos ver cómo para cada uno de nosotros el viaje del alma es diferente y requiere cualidades diferentes.

Trabajando con los sueños, se aprende a leer las señales del camino, a escuchar con un oído sintonizado con la música del sendero, con la frecuencia del alma. Descubrimos lo que necesitamos saber, desciframos el paso siguiente que necesitamos dar. Nuestros sueños describen el proceso interior del sendero, el trabajo espiritual y psicológico que se está desarrollando. El sendero Naqshbandi ha tenido siempre un marcado elemento psicológico. La mayor parte del trabajo de purificación es psicológico, e implica tanto la
confrontación con la sombra como otros procesos psicológicos. En los primeros años del sendero, el foco se encontrará a menudo en este trabajo psicológico interior, la transformación alquímica del nigredo, nuestra sombra, los aspectos rechazados y desconocidos de nosotros mismos. Tendremos sueños sobre nuestra oscuridad y nuestros miedos, de figuras aterradoras que nos persiguen por calles oscuras, de monstruos escondidos en sótanos. Trabajando con estos sueños, aprendemos cómo aceptar y amar nuestra oscuridad. Nuestros sueños revelan lo que está oculto dentro de nosotros, la belleza y el terror. Y dentro de la oscuridad de nuestra sombra, llegamos lentamente a ver la luz del Yo Superior, la perla de gran precio oculta en las profundidades.

Más profundos que los sueños psicológicos son los sueños espirituales, que nos hablan con las antiguas imágenes del sendero, los racimos de uvas que representan enseñanza espiritual, el vino del Amado que embriaga al sufí. O, como en el sueño de una habitación llena de hombres mayores que cardaban lana, se le cuenta al soñante el proceso según el cual se dice que eres un sufí cuando tu corazón es tan suave y tan cálido como la lana. Lo más profundo del alma conoce estos símbolos, aunque son poco familiares para nuestras mentes contemporáneas, y nos recuerdan el antiguo camino que estamos recorriendo. Pero el trabajo con los sueños no supone solamente interpretarlos, descubrir qué significa el sueño. El trabajo con los sueños es un diálogo, una conversación entre el soñante y el mundo del sueño. Mediante este diálogo, nos conectamos con una parte de nosotros mismos que el mundo exterior a menudo rechaza y menosprecia. Con nuestros sueños volvemos a conectarnos con el alma, tal y como nos habla en la antigua lengua de imágenes y símbolos. Y cuando compartimos sueños en un grupo de meditación, los corazones de otra gente oyen este diálogo y lo valoran dentro de un espacio sagrado. Esta es una importante afirmación del sueño y del alma que nos habla por medio de nuestros sueños.


Creo que todos somos parte del Espíritu de Dios y el Espíritu de Dios habita dentro de todo lo que vive. Para comprender el concepto del Camino del Nativo Americano es preciso volver a definir la palabra Medicina. Medicina es cualquier cosa que mejora tu conexión con el Espíritu de Dios, con el Gran Misterio de la vida y con toda la vida.

Lin Ekstam