Poderes Tattvicos

Para bien de la Gran Causa voy a transcribir ahora en el presente capítulo dos relatos extraordinarios del Sri Swami Sivananda:

Yogui Bhusunda
"Se considera el yogui Bhusunda entre los yoguines, como un Chiranjivi. Fue maestro en la ciencia del Pranayama. Se dice que este yogui construyó en la parte occidental del Kalpa Vriksha, situado en la cima del Mahamera, una enorme guarida donde vivió".

"Este yogui era un Trikala Jnani y podía estar en Samadhi por largo tiempo. Había obtenido la suprema Santi y Jnana y en tal estado disfrutó de la felicidad de su propio Ser siempre como un Chiranjivi".

"Poseía pleno conocimiento de las cinco Dharanas y había dado pruebas de dominio sobre los cinco elementos mediante la práctica de la concentración."

"Se dice que cuando los doce Adytyas quemaron el mundo con sus refulgentes rayos, él pudo mediante su Apas Dharana alcanzar el Akasha, y cuando el fiero vendaval sople hasta hacer saltar las rocas en pedazos, el permanecerá en el Akasha mediante el Agni Dharana. Más aún, cuando el mundo junto con el Mahamera se hunda en las aguas, él flotará mediante el Vayú Dharana".

Hasta aquí este relato maravilloso del Swami Sivananda. Es obvio que el yogui Bhusunda hubo de practicar intensivamente el Ritual Pancatattva.

Veamos ahora detenidamente el segundo relato del Gurú-Deva Sivananda:

Milarepa

"Milarepa fue una de esas almas que se impresionan profundamente al comprender la naturaleza transitoria de la mundanal existencia y los sufrimientos y miserias en los cuales los seres se hallan inmergidos."

"Parecíale que la existencia, desde este punto de vista, era igual a una enorme hoguera en donde las criaturas vivientes se consumían."

"Ante tal desconcertante dolor, sintió en su corazón que era incapaz de percibir algo de la celestial felicidad disfrutada por Brahma e Indra en los cielos, pero mucho menos sentía aún los goces terrenales y las delicias propias del mundo profano".

"Por otra parte, sintióse hondamente cautivado por la visión de inmaculada pureza y casta beatitud, descritas en el estado de libertad perfecta y Omnisciencia alcanzables en el Nirvana, a tal punto que él no podía malgastar su vida en procura de algo que desde largo tiempo había desechado dedicándose, con plena fe, profundidad de mente y corazón henchido al Omnipenetrante Amor y a la simpatía de todas las criaturas".

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