Habéis visto que todo lo que hace el indio lo hace en un círculo, y esto es así porque el Poder del Mundo siempre actúa en círculos, y todas las cosas tienden a ser redondas.
En los días de antaño, cuando éramos un pueblo fuerte y feliz, todo nuestro poder nos venía del círculo sagrado de la nación, y en tanto el círculo no se rompió, el pueblo floreció. El árbol florido era el centro vivo del círculo, y el círculo de las cuatro direcciones lo nutría. El este daba la paz y la luz, el sur daba el calor, el oeste daba la lluvia, y el norte, con su viento frío y potente, daba la fuerza y la resistencia. Este conocimiento vino a nosotros desde el mundo exterior con nuestra religión. Todo lo que hace el Poder del Mundo se hace en un círculo. El cielo es circular, y he oído que la tierra es redonda como una bola, y también las estrellas son redondas. El viento, en su fuerza máxima, se arremolina. Los pájaros hacen sus nidos en forma de círculos, pues tienen la misma religión que nosotros. El sol sale y se pone en un círculo. La luna hace lo mismo, y ambos son redondos. Incluso las estaciones, con sus cambios, forman un gran círculo, y siempre regresan a donde estaban. La vida del hombre es un círculo de infancia a infancia. Nuestros tipis eran circulares como los nidos de los pájaros y estaban siempre dispuestos en círculos, el círculo de la nación, un nido hecho de muchos nidos en el que el Gran Espíritu quería que cobijásemos a nuestros hijos.

"Alce Negro"

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