EL PLEXO SOLAR (Primera parte)

La luz, el calor y la vida que conocemos no son más que un aspecto muy inferior de la verdadera luz, del verdadero calor y de la verdadera vida. Detrás de la luz del sol está la luz de Díos, pero no podemos conocerla, como no podemos conocer su calor, su amor o su vida, es decir el grado más intenso de la vida. Dios es incognoscible e inalcanzable, y al mismo tiempo casi nos toca, aunque sea de una forma muy alejada, muy imperfecta. No tenemos que imaginarnos que la luz del sol es la verdadera luz. La otra luz, no podemos ni comprenderla ni conocerla; es tan sutil y tan poderosa que se aparece a nosotros, e incluso a muchos otros espíritus evolucionados más, como si fueran tinieblas.
En la Ciencia iniciática se dice que son las tinieblas las que han producido la luz. En el origen era el caos, la materia desorganizada : hylé como le llaman los Griegos. Este caos está representado por un círculo, el cero. Simbólicamente, el círculo es el infinito, la materia inanimada. Pero es muy difícil comprender estas nociones; intelectualmente, no pueden. Por lo que respecto a lo teórico, el cerebro es capaz. Pero lo que es dado al cerebro comprender verdaderamente las cosas, es decir sentirlas, saborearlas y vivirlas.
Decimos a menudo que es el corazón quién comprende y hablamos de la inteligencia del corazón... Incluso los Evangelios hacen alusión al corazón como órgano de la comprensión. Pero ¿de qué corazón se trata? Creemos que es del corazón físico, el órgano que envía la sangre. No, el verdadero corazón, el corazón iniciático, es el plexo solar: es él quien siente, quien comprende, quien aprende las grandes verdades cósmicas. El cerebro solamente sabe discutir, escribir, hablar y pavonearse sin tener una idea clara de las cosas. Observar lo que pasa en el mundo actual, el mundo de la quinta raza: se explica, se habla, se escribe, pero en realidad no se comprende nada, porque mediante el cerebro es imposible tener una comprensión perfecta. Hay que vivir las cosas para comprenderlas, hay que vivirlas con todo el ser.
El plexo solar dirige todas las funciones del cuerpo físico; de él dependen la respiración, la eliminación, la circulación, la nutrición y el crecimiento. También a través del plexo solar el hombre puede comunicarse verdaderamente con el universo, pues el plexo solar está unido al cósmo entero, lo que no ocurre con el cerebro. En realidad, esta comunicación podría establecerse, pero el cerebro no está todavía suficientemente desarrollado para eso, pues su formación es muy reciente; el plexo solar es de formación mucho más antigua y es él quien creó y quién alimenta al cerebro. Sí, el cerebro es un producto del plexo solar, es un hijo; por ello le alimenta, le socorre, y cuando deja de hacerlo, el hombre se duerme, se atonta, o tiene dolor de cabeza y no pude reflexionar.
El cereblo no está separado del plexo solar, y si no se beneficia siempre de él, se debe a que todavía no sabe comunicarse. Ya os he explicado que el plexo solar es un cerebro invertido, pues en el cerebro la materia gris está en el exterior y la materia blanca en el interior, mientras que en el plexo solar la materia gris está en el interior y la materia blanca en el exterior. También os he dicho que la materia gris nos permite pensar mientras que la materia blanca nos permite sentir...
"OMRAAM MIKHAEL AIVANHOV"

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