“En la universidad del alma las materias a estudio se llaman luz y oscuridad y sólo alcanzará su licenciatura el que sea capaz de mantener la calma, la comprensión y la sonrisa en presencia de cada una de ellas. Una es tan importante como la otra y ambas son sagradas y se necesitan mutuamente. También el momento presente, el ahora, es sagrado y nuestro espíritu ha de aprender la lección que cada instante trae consigo. Si es de día, será la lección de la luz. Si es de noche, la de la oscuridad. Opuestos o complementarios, ¿qué más da? Lo que vivimos en el eterno ahora es lo que cuenta, sea claro o sombrío. En el presente no hay más que lo que hay. Si claro, luz, si negro, oscuridad. Hay excesos en lo luminoso y magníficas lecciones en lo oscuro. Acepta lo que viene y mantén tu centro con una sonrisa y un sentimiento unificador en el corazón. Toda nuestra vida es un sinsentido porque tenemos la energía invertida en daños, traumas infantiles, separaciones, muertes y dolores que absorben nuestra vitalidad y nos drenan de poder personal. En realidad es más bien como si después de haber pagado el precio del desafío de la sombra oscura, después de haber podido mirar cara a cara al guardián del umbral sin perder la calma, nos fuera devuelto el poder que durante tanto tiempo habíamos invertido en evitarlo”.

Miyo

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