Mirad: Dios de un rostro conmigo está.
Salve, oh siete Seres ordenadores, que sostenéis la balanza la noche del juicio del Utchat, que decapitáis y degolláis; que con violencia os apoderáis de los corazones y rasgáis los pechos, que perpetráis matanzas en el Lago de Fuego: os conozco y sé vuestros nombres.
Conoced por consiguiente, cómo yo sé vuestros nombres. Hacia vosotros avanzo; por lo tanto, avanzad hacia mí, pues vivís en mí y viviré en vosotros.
Dadme vigor con lo que tenéis en vuestras manos, es decir, con el bastón de mando que vuestras diestras empuñan.
Ordenad vida para mí con vuestras frases año tras año, conferidme miríadas de años sobre mis años de existencia, muchedumbres de meses sobre mis meses de existencia, e incontables días sobre mis días de existencia, y noches innumeras sobre mis noches de existencia y concededme que surja y esplenda en mi estatua; y aire para mi nariz, y poder a mis pupilas a fin de que vean a los seres divinos que moran en el horizonte, el día del cómputo equitativo de los pecados y de la maldad.

"El Libro de los Muertos"

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